VentajasSe debió principalmente a su excepcional resistencia. La resistencia a la tracción y a la compresión del acero es significativamente mayor que la de materiales como el hormigón, y los componentes tendrán una sección transversal menor para la misma carga; el peso propio del acero es solo entre 1/3 y 1/5 del de las estructuras de hormigón, lo que reduce considerablemente los requisitos de capacidad portante de la cimentación, por lo que resulta especialmente adecuado para proyectos sobre suelos blandos. En segundo lugar, ofrece una alta eficiencia constructiva. Más del 80 % de las piezas pueden prefabricarse en fábricas mediante métodos estándar y ensamblarse in situ mediante pernos o soldadura, lo que reduce el tiempo de construcción entre un 30 % y un 50 % en comparación con las estructuras de hormigón. En tercer lugar, presenta mejores características antisísmicas y es compatible con la construcción sostenible. La buena tenacidad del acero le permite deformarse y absorber energía durante un terremoto, por lo que su nivel de resistencia sísmica es mayor; además, más del 90 % del acero se recicla, lo que reduce los residuos de construcción.
DesventajasEl principal problema radica en su escasa resistencia a la corrosión. La exposición a ambientes húmedos, como la brisa marina en las costas, provoca de forma natural la oxidación, lo que suele requerir el mantenimiento con recubrimientos anticorrosivos cada 5-10 años, incrementando así los costes a largo plazo. En segundo lugar, su resistencia al fuego es insuficiente; la resistencia del acero disminuye drásticamente a temperaturas superiores a 600 °C, por lo que se deben utilizar recubrimientos ignífugos o revestimientos de protección contra incendios para cumplir con los requisitos de resistencia al fuego de cada edificio. Además, el coste inicial es mayor; el coste de adquisición y procesamiento del acero para sistemas de edificios de gran envergadura o gran altura es entre un 10 % y un 20 % superior al de las estructuras de hormigón ordinarias, pero el coste total del ciclo de vida puede compensarse con un mantenimiento adecuado a largo plazo.